El veganismo como
El veganismo espiritual consiste en abstenerse de consumir animales en todo los sentidos, desde comer su carne, su producto, como la grasa, huevos, leche, etc. y sus pieles y demás partes como vestido o accesorios. El veganismo espiritual, aunque de aquí en adelante diré solo veganismo, tiene como base, verdades básicas de entendimiento que las religiones del mundo y la mayoría de los humanos podemos aceptar como leyes universales para la evolución espiritual del humano.
“Trata con amor y respeto a todos los seres vivos”, “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”, “Cosechas lo que siembras”, “Todos somos uno” y “Todo está conectado”. Estas frases las hemos escuchado una y otra vez, en canciones, libros, textos antiguos o religiosos y en el presente más que nunca, circulando en redes. Las usamos ligeramente pero éstas frases conforman el argumento entero de lo que es el veganismo.
La comida es la forma de arte más elevada, pues no solo involucras todos tus sentidos, sino que es la manera más íntima con la que interactuamos con la naturaleza. Nuestra decisión diaria de lo que comemos, está intrínsecamente ligada a la nutrición de nuestro ser, humano inteligente, espiritual y físico, también a nuestro presente familiar, social, económico, cultural y ambiental y con nuestra historia como humanidad.
Cuando comemos una fruta, se hace parte de nosotros y la información contenida en ella, como la lluvia que germinó su semilla, la tierra que fué su refugio y el sol que la hizo transformarse, entra a nuestro cuerpo para recordarnos que nosotros al igual que esa fruta, también regresaremos a la tierra. La fruta, a diferencia de un animal, no siente dolor ni sufrimiento.
Al ignorar este innegable hecho, nos des-sensibilizamos a la crueldad, miseria y explotación que reciben los animales para cumplir con el propósito impuesto de terminar en nuestros platos. Es incómodo cuando alguien nos llama la atención de este hecho. Pensamos que el veganismo es una moda loca o una forma extrema de hippismo. Pero hace más de 2000 años ya se hablaba de esto. En la antigua Grecia, Pitágoras, genio de quien sus aportaciones siguen siendo utilizadas en la actualidad, ya reconocía la importancia de respetar a los animales:
Inspiró a grandes pensadores que también proclamaban la importancia de respetar la vida animal, y no fue hasta 1850 que se les dejó de llamar “pitagorinos” y se les empezó a llamar vegetarianos a los que no comían carne. En 1944 Donald Watson establece el nombre de “veganismo”.
El pastoreo e intercambio de animales data hace 10,000 años y es considerado como el inicio de la ganadería. Ahora la industria de la carne es de las más poderosas y no son sutiles en sus
Estas son las ideas extremas del veganismo, pero nuestro estado de emergencia requiere de algo drástico. El dejar de comer carne es un acto drástico y revolucionario y requiere de mucha valentía. La buena noticia es que cada vez hay más que se suman al movimiento. Cada vez hay más opciones veganas que puedes comer. Gracias a los genios adelantados a su época como Pitágoras, Leonardo da Vinci, Rudolph Steiner y Albert Einstein que hablaban sobre la importancia de no comer animales y respetar toda vida humana, podemos no solo adoptar sus aportes a la ciencia, arte y filosofía, sino también sus ideales y enseñanzas.