Escrito por Food News
¡extra, extra!

¡DEJAR DE QUEJARTE, 

TE HACE MÁS FELIZ!

Algún momento te has escuchado y has pensado? No he dejado de quejarme y no puedo parar. Si esto no ha pasado por tu cabeza, entonces puede que no estés consciente del tono de tus conversaciones diarias. Un estudio demostró que la persona común se queja 1 vez cada minuto durante una conversación.
Así que si te gusta quejarte o no te has dado cuenta que te quejas, es de tu interés ver si practicas este hábito.

Estudios afirman que el quejarse repetidamente crea caminos neuronales, lo cual facilita el quejarte la próxima vez y así sucesivamente pues el cerebro busca ser eficiente.
“Quejarse es el camino al fracaso” afirman algunos expertos en el tema, “concentrarse en lo malo sin hacer nada al respecto, perpetúa un estado de negatividad muy difícil de salir’.

¿Qué es una queja? Es cuando expresamos dolor y descontento sobre una situación insatisfactoria o inaceptable. Al quejarte se activa el sistema límbico del cerebro que activa la reacción: ataque-bloqueo-huida y liberas cortisona. No quieres esto en tu cuerpo cada minuto de cada conversación.

Pero...¿No hace mas daño tragarse las cosas?, ¿no es importante expresar tus emociones?
La segunda pregunta contesta la primera. Definitivamente hay que expresar las emociones negativas pues al paso del tiempo, guardarlas hace daño. Pero es muy diferente decir: “Me choca cuando está nublado” a “¿Porqué con los días nublados tengo este sentimiento de _______? Tu cerebro recibe una pregunta… algo mucho más interesante que un definitivo “me choca”. Nos sorprendería descubrir, si en vez de quejarnos hiciéramos preguntas, cuántas veces ni siquiera es una queja legítima.
Pero no todas las quejas son malas y las he dividido en tres tipos:

-Queja fértil: Es una queja con propósito y la meta es la solución de un problema, por ejemplo, cuando algo que has comprado viene defectuoso, quejarte logrará que te lo intercambien por uno bueno, o si apareció una gotera en tu casa, es muy útil quejarte con la rentera.
-Queja inútil: No puedes hacer nada al respecto, por ejemplo: una situación del pasado, el mal clima o, un poco más existencial, la muerte. Es mejor enfocarte en lo positivo y seguir adelante.
-Queja redundante: Te quejas y quejas y no haces nada al respecto. La mayoría de nuestras quejas tienen solución, como por ejemplo, quejas de tu pareja, trabajo, peso, etc…

Este molesto hábito parece que se ha asentado en nuestras vidas como anillo al dedo. Otros expertos hicieron un estudio y encontraron que la principal causa de quejarse es llamar la atención.

¿Alguna vez han escuchado el enunciado? “ problemas de primer mundo”. Vivimos en un mundo globalizado, tecnológico y que avanza a un paso rapidísimo. Nuestros abuelos ni se imaginaban lo que ahora es posible, pero a veces pareciera que en vez de estar asombrados y agradecidos, tomamos estos avances de 1er. nivel como algo que se nos debe. Solo hagamos memoria de cómo reaccionamos la última vez que el celular no tenía señal ó la última vez que se atrasó un vuelo. Los filósofos estoicos se revolcarían en la tumba si vieran cómo nos comportamos sus descendientes.

El estoicismo fue una filosofía que nació en la antigua Grecia hace 2000 años por un filósofo llamado Zenón Citium. El estoicismo tiene como meta principal,vivir una vida razonable, ética y feliz. Prepararte para lo peor, es una de las estrategias del estoicismo. El razonamiento es que uno no puede evitar la muerte ni las calamidades de la vida, por lo que uno no debe preocuparse. Mejor es emplear ese tiempo en ser feliz viviendo una vida virtuosa y austera. Y obvio, sin quejarse.

Existe un movimiento llamado “Complaint Free World” (Un mundo libre de quejas), creado por Will Bowen. Estaba dando una clase sobre prosperidad cuando le asaltó la idea:
“¿Cómo podemos tener prosperidad si nos quejamos de lo que ya tenemos?”. Así surgió un movimiento que explotó mundialmente: “Dejar de quejarse por 21 días”
Es así que hay muchos testimonios con los resultados y experiencias
Algunos dicen que no es nada fácil y lo comparan con dejar de comer pastel de chocolate o algo que les encanta.

“Los primeros días de no quejarte, sigues sintiendo el impulso y hasta un poco deprimido, pero conforme pasan los días te das cuenta de que la mayoría de tus quejas no eran de importancia pues al paso del tiempo van quedando en el olvido.
También lo más difícil es romper con este hábito cuando es algo que te une a otra persona. Es más común de lo que pensamos estar unidos con alguién en la negatividad.
La recomendación es que expliques que estás en un reto. Las reacciones pueden variar: Interés, escepticismo o hasta sarcasmo, pero calma, tú, estoico y sigue adelante que los resultados son muy positivos:

-Un sentimiento de felicidad y bienestar en general.
-Mayor productividad en el trabajo y en tu casa.
-Baja la ansiedad.
-Éxito en tus proyectos.

Unas herramientas sugeridas son: 

Escribir: Lleva un diario de las quejas más memorables al final de tu día. Esto te ayuda a identificar lo que te irrita de una manera sana.

Destinar 15 minutos a quejarte: Si eres de las personas que tienen que vocalizar, puedes quejarte en este tiempo y ya no volver a hacerlo.

Hay testimonios que varían desde “ Me siento mucho mejor y más feliz” a “Mi vida ha cambiado radicalmente, antes no completaba nada y ahora estoy teniendo éxito en mis proyectos”

La buena noticia es que tu puedes llevar tu ejercicio a otro nivel y buscarle el lado bueno a tu queja, por más cliché que se escuche, enfocarte en una solución positiva y tomar responsabilidad activa tu lóbulo frontal y la parte asociada con la memoria, buscando entre tus archivos cerebrales una buena resolución y liberando serotonina, la hormona de la felicidad.